Por: Brisa Granados
“Era tan pobre que no tenía más que dinero”, cita la canción de Joaquín Sabina dedicada a la hija de Aristóteles Onassis, quien a los 24 años le fueron otorgados 5,000 millones de dólares. Vivió rodeada de más lujos que muchas princesas, pero tuvo padres lejanos. Sus únicos cómplices de niñez y adolescencia fueron su hermano Alexander y su nana.
Cuando tenía 10 años sus papás se divorciaron a causa de las múltiples infidelidades del magnate griego, quien en aquel entonces tenía una relación con la cantante de ópera María Callas. Cuando Christina cumplió 18, su padre se casó nuevamente, en esa ocasión con Jackie, viuda de John F. Kennedy; Christina y su hermano jamás aceptaron la relación. Su madre también se volvió a casar con otro magnate griego: Stavros Niarchos –padre de un exnovio de Paris Hilton–.
La fortuna de Christina no logró borrar el dolor que le dejaron las muertes de sus padres y único hermano, ocurridas en un lapso de 28 meses: su hermano Alexander murió en 1973 en un accidente aéreo en el aeropuerto International de Atenas. Tenía 24 años. Después de la muerte de Alexander, Christina tuvo su primer intento de suicidio, y Athina, su madre, quedó tan afectada que falleció poco después en 1974 en París por una sobredosis de pastillas para dormir. Su padre, Aristóteles Onassis, tampoco se repuso dela depresión y luego de una fuerte neumonía murió en 1975 a los 69 años de edad en Neuilly-sur-Seine, Francia. Christina solía decir: “Tengo todo lo que el dinero puede comprar, pero carezco del amor de una familia”.
Cuatro bodas y un funeral
Christina Onassis murió de 37 años, el 19 de noviembre de 1988 en Argentina. La empresaria estaba de visita en casa de su amiga, Marina Dodero, y fue ella quien la encontró muerta en la tina de baño. Lo extraño es que, aunque falleció entre las 7 y 9 de la mañana, la familia Dodero avisó a la policía varias horas más tarde. El informe médico dijo que sufrió un infarto a causa de un edema agudo de pulmón. Aunque siempre se ha hablado de otras teorías: unos dicen que tuvo una sobredosis de pastillas para adelgazar y de antidepresivos. Otros mencionan que se trató de un suicidio.
En el 2013, Dodero, su mejor amiga, declaró al periódico español ABC que Onassis bebía 24 Coca-Colas al día: “Cristina no se suicidó. Bebía mucha Coca-Cola y, como después no podía dormir, tomaba somníferos para conciliar el sueño. Era dramático”.
A Christina le sobrevive su única hija, Athina Helene Roussel Onassis, de ahora 31 años. Su madre murió cuando ella tenía 3 años y quedó a cargo de su padre,Thierry Roussel.
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