Siéntate cómodamente. Toma un respiro. Cierra tus ojos e imagina un atardecer de color naranja-violáceo en la playa. ¿Logras verlo?
Para un gran número de personas, el mundo de la imaginación es un abanico de posibilidades lleno de colores, formas y experiencias. Evocan sin esfuerzo imágenes tan vívidas como si estuvieran realmente ahí. Sin embargo, otro grupo de personas no tienen la oportunidad de vivirlo de esa manera. La causa se llama, afantasía.
Las personas con afantasía a menudo no se dan cuenta de que lo tienen y es posible que no se den cuenta de que otras personas pueden “ver” imágenes que generan en sus mentes, por lo que no es una discapacidad o una condición médica. No pueden ver imágenes, pero sí pueden describirlas gracias a sus experiencias.
¿Qué es la afantasía?
De acuerdo con Cleveland Clinic, la afantasia ocurre cuando el cerebro no forma ni utiliza imágenes mentales como parte de su pensamiento o imaginación, es simplemente una diferencia en cómo funciona la mente.
Un estudio sobre el tema detalla que los científicos saben desde hace al menos 100 años que algunos individuos no experimentan imágenes visuales, pero ha sido hasta los últimos años que la afantasia ha sido tema de investigación convencional.

En el mismo estudio se menciona que existe una hipótesis sobre la relación que habría entre la afantasía y el espectro autista, otra condición del desarrollo neurológico relacionada con las imágenes.
En el desarrollo de la investigación publicada en Elsevier se describe que las personas con autismo muestran una variedad de diferencias en el desarrollo, por ejemplo, en el procesamiento social, la comunicación, la sensibilidad sensorial y, lo que es más importante para nosotros, déficits en la imaginación. Por ejemplo, los niños con autismo participan menos en conductas imaginativas como los juegos de simulación y tienen déficits en el dibujo imaginativo.
Aunque las imágenes visuales y la imaginación son conceptos distintos en muchos sentidos, a menudo se confunden o se consideran intercambiables, tal vez especialmente por personas con un alto nivel de imágenes visuales. No obstante, las personas con afantasía pueden usar su imaginación sin tener ninguna imagen visual.
Por otra parte, un estudio sobre neurodiversidad y afantasía publicado en la revista Sciencedirect se observa que desde la perspectiva del paradigma de la neurodiversidad, las asociaciones con rasgos relacionados con el autismo por sí solas no justifican automáticamente una clasificación como trastorno, ya que el autismo no se consideraría un trastorno. Lo que alejaría la afantasía del autismo.
En este segundo estudio se detalla: “dado que la afantasia es una variación neuropsicológica distinta, refleja el hecho biológico de la neurodiversidad, es decir, “la diversidad de las mentes humanas, la variación infinita en el funcionamiento neurocognitivo dentro de nuestra especie”.
Pero, ¿es la afantasía un trastorno o simplemente una forma de neurodivergencia neutral? Sobre este punto, ha habido una discrepancia notable en la literatura: algunos investigadores enmarcan la afantasía simplemente como una “variación intrigante en la experiencia humana”, mientras que otros llegan incluso a definir la afantasía como una “enfermedad mental”, aunque no hay datos que sugieran un origen patológico.
Se estima que entre el 2 y el 4% de las personas padecen afantasía y como podrás leerlo, la investigación sobre la afantasía es bastante limitada hasta ahora.
Tipos y grados de afantasía
De acuerdo con información de Cleveland Clinic, existen dos formas de afantasía:
Congénito
Es posible que las personas que tienen esto no sepan que lo tienen porque no saben que no tener imágenes mentales es poco común.
Adquirido
Es adquirida casi siempre debido a una lesión, enfermedad o condición de salud mental.

Grados de afantasía
Algunas personas tienen afantasía total y nunca experimentan imágenes mentales. Mientras que otras experimentan breves “destellos” de imágenes sin intentar “ver” cosas en sus sueños.
Un pequeño porcentaje de personas con afantasía sólo la experimenta con los ojos cerrados y poco más del 15% de las personas con afantasía solo pueden “ver” imágenes mentales si abren los ojos. Se desconoce la causa.
La afantasía también puede afectar la forma en que almacena o accede a los recuerdos. Las personas tienen más probabilidades de tener dificultades con la memoria autobiográfica, lo que significa que, si bien pueden recordar cosas que hicieron o experimentaron, no pueden visualizarlas.
Beneficios de la afantasía
El portal de negocios Oboloo enlista algunos beneficios de esta afección, los cuales aún se tienen que constatar mediante investigaciones.
- Mentes muy analíticas y destacan en tareas de razonamiento lógico. Son capaces de dividir problemas complejos en componentes más pequeños y encontrar soluciones innovadoras que otros tal vez no consideren.
- Experimentan menos emociones negativas asociadas con recuerdos traumáticos, ya que no pueden reproducir mentalmente estos eventos una y otra vez. Esto puede conducir a mejores resultados de salud mental a largo plazo.

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