El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer con mayor prevalencia en todo el mundo, también es la principal causa de muerte por tumores malignos entre las mujeres de acuerdo con los datos arrojados por el INEGI en 2023 , y también la OMS . Su tratamiento ha evolucionado con el paso del tiempo, y la reconstrucción mamaria es uno de los elementos más importantes para las mujeres que se someten a mastectomías pues conlleva varios beneficios a su salud física y mental.
Hablemos de datos sobre el cáncer de mama
De acuerdo con el INEGI, tan sólo en 2022 en México hubo 23 mil 790 casos nuevos de cáncer de mama entre la población mayor de 20 años. Si bien es una enfermedad que afecta principalmente a las mujeres (en México hubo 51.91 incidencias por cada 100 mil habitantes), los hombres también lo desarrollan, aunque en su caso la reconstrucción suele implicar reconstrucciones de tórax u otras partes del cuerpo ya que el cáncer de mama en hombres es mucho más agresivo.
Esto ha promovido que en México existan amplias campañas para realizar más mastografías que ayuden a su detección temprana, y poder reducir la tasa de mortalidad de este cáncer que tan sólo en 2022 cobró la vida de 7888 personas, de las cuales el 99.4% eran mujeres y el 0.6% hombres.
Fechas importantes como el Mes Rosa (octubre), el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama (19 de octubre), así como en el Día Nacional sobre la Reconstrucción Mamaria (18 de octubre) ponen la mira en esta enfermedad con el objetivo de concientizar a la población, pero también informarla sobre los tratamientos disponibles y mejorar la esperanza y calidad de vida.
¿Qué es la reconstrucción mamaria?
Para entender mejor la reconstrucción mamaria, uno de los pasos más importantes del tratamiento del cáncer de mama, entrevistamos al Dr. Raymundo Priego –cirujano plástico egresado del Hospital General de México y de la Universidad Nacional Autónoma de México, especializado en la cirugía reconstructiva–, quien nos cuenta que estima haber realizado alrededor de 5 mil reconstrucciones mamarias.
Los tratamientos contra el cáncer de mama son variados y dependen del caso a tratar. El doctor Priego menciona que hay una serie de tratamientos que van desde la cirugía y combinaciones con quimioterapia y radioterapia. Cuando se trata de una cirugía oncológica también hay dos grandes grupos, el que conserva la mama y el que la retira por completo, y es en éste segundo grupo donde la cirugía de reconstrucción de mama forma parte del tratamiento.
Él explica que en el grupo de cirugías que conservan la mama se encuentran “…la famosa lumpectomía y la cuadrantectomía, que básicamente consiste en quitar un tumor y un poco de tejido alrededor del tumor, y habitualmente irradiar la mama”. Este tipo de cirugías no implican ninguna otra cirugía reconstructiva, a diferencia de la mastectomía que retira la mama.
Pero ¿cuándo se realiza una reconstrucción mamaria?
El doctor Priego explica que la reconstrucción puede ser inmediata o reconstrucción tardía. Esto quiere decir que la reconstrucción inmediata se hace en la misma cirugía que la mastectomía. Sin embargo, la reconstrucción tardía se hace alrededor de dos años después del término del tratamiento oncológico.
Actualmente en estadios tempranos, tumores pequeños, sin metástasis, sin ganglios, etcétera, la tendencia mundial es a la reconstrucción inmediata. En estadios medianos a avanzados es una reconstrucción diferida –salvo en casos donde hay que quitar mucha piel con la mama, donde sí tiene que entrar el cirujano reconstructor […] más que reconstruir la mama es reconstruir el tórax–.
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Qué pasa con los pezones en una mastectomía y en una reconstrucción mamaria
En la historia médica de la mastectomía era común que se quitara el pezón durante la cirugía dejando cicatrices muy grandes, pero a partir de 1891 se propuso un nuevo tipo de cirugía en la que no fuera necesario retirar toda la piel de la mama y por tanto pudiera conservarse el pezón y la areola.
El doctor Priego explica que la cirugía ha ido evolucionando y con base en estudios encontraron que el riesgo de que el cáncer reapareciera al dejar el pezón era menor al 2%. Asimismo comenzó el uso de prótesis mamarias que asemejan la apariencia anatómica de una mama.
Una mama que se reconstruía hace 10 años requería de dos a seis cirugías para quedar bien. Ahora son una o dos cirugías nada más, a veces una y no requiere más.
Ahora bien, hay que considerar que cuando se realizan este tipo de reconstrucciones es común la pérdida de sensibilidad, en palabras del doctor Priego, “es una zona que tendrá una sensibilidad muy baja porque todos los nervios de esa zona van en el tejido mamario”. También explica que no tendrá sensibilidad erógena, pero con los años recuperará sensibilidad de tacto grueso, para frío o calor.
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¿Implantes o colgajos?
En la cirugía reconstructiva de mamas también hay una serie de técnicas que pueden utilizarse, entre ellas el uso de prótesis mamarias o implantes, o bien de colgajos que consiste en tomar piel de otras partes del cuerpo para reconstruir la mama y que también tiene otras implicaciones estéticas. Además, con la reconstrucción es posible realizar modificaciones a deseo de la paciente como un aumento o reducción del tamaño de los senos.
Pero en el caso del uso de implantes, existen dos variedades que se utilizan dependiendo del tipo de reconstrucción que se requiera. Por ejemplo, existen los expansores, que son implantes que se rellenan con solución salina y su uso está reservado para casos en los que aún es necesario irradiar la zona, entre otros tratamientos, y que terminado el tratamiento son reemplazados por implantes definitivos.
La mejor opción siempre será una decisión entre la paciente, su oncólogo y el cirujano plástico.
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Beneficios de la reconstrucción mamaria y la realidad en México
Los beneficios de la reconstrucción mamaria son de carácter físico y mental, tanto así que se considera que es un derecho y una oportunidad para mejorar su bienestar, salud mental y recobrar su confianza, de acuerdo con Johnatan Figueroa Padilla , especialista del Departamento de Tumores Mamarios del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
El Dr. Priego también explica que la reconstrucción tiene muchos beneficios a mediano y largo plazo en la paciente, pues afecta todos los aspectos de su vida, tanto en la de pareja, laboral, física y mental; pero en particular apunta a su calidad de vida.
Por ejemplo, menciona que las mujeres que no se someten a una reconstrucción no caminan equilibradamente porque finalmente el peso de una mama va cambiando la postura de la columna, los hombros, cuello. Incluso afecta la forma en la que se mira… y también de sus parejas.
Junto con su equipo de trabajo encontró algunos “números de terror”, que aunque explica que no son una regla, descubrieron que 6 de cada 10 pacientes pierden a su pareja después o durante el cáncer de mama. Además, menciona que las mujeres que tienen cáncer de mama o lo han sobrevivido viven una situación psicológica muy compleja.
Los riesgos y consecuencias de no reconstruirse son mucho más grandes que los de reconstruirse.
Pero a pesar de que en México la reconstrucción mamaria ya es parte del tratamiento integral del cáncer de mama, la estadística es desfavorable. De acuerdo la encuestas que el doctor Priego y su equipo realizaron durante su tiempo en el Hospital General, en México 2 de cada 10 pacientes tienen acceso a una reconstrucción mamaria, a comparación de otros países como Estados Unidos donde más del 90% de las personas con cáncer de mama tienen acceso a una reconstrucción o en España que son 8 de cada 10 pacientes.
En comparación, el Instituto Mexicano del Seguro Social reportó para 2018 que “de cada 100 pacientes que se curan de cáncer de mama con la extirpación de seno, sólo 30% continúa con el tratamiento hasta la reconstrucción”. Por otro lado, para 2022, la Secretaría de Salud reporta que cada año en el INCan se llevan a cabo 35 cirugías con conservación de piel y entre 85 y 100 procedimientos con implantes de silicona.
En ese sentido, el acceso a una reconstrucción mamaria es la oportunidad para que los pacientes recuperen una vida más normal y una mejor calidad de vida al permitirles volver a trabajar, caminar adecuadamente, así como tener una anatomía y autoimagen corporales restituidas lo más cercano a una normalidad.
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