Para muchas personas, el adoptar mascotas puede ser una pesadilla si lo que quieren es tener la casa limpia, pues nuestros amigos de cuatro patas suelen ensuciarse, explorar y olfatear sustancias que pueden arrastrar hasta nuestros hogares. Esto no es tan malo, de acuerdo a un estudio publicado por el Diario de Medicina de Nueva Inglaterra, donde se descubrieron algunos beneficios que esto puede traer a nuestro sistema inmunológico.
Los resultados de esta investigación, llevada a cabo en comunidades amish y huteritas, destacados por subsistir a base de agricultura. Por un lado, los niños amish crecen rodeados de animales de ganado y domésticos desde temprana edad, mientras que los pequeños huteritas no suelen acercarse a las granjas hasta edad adulta, lo que sacó a luz información bastante interesante.

Las observaciones finales determinaron que los niños amish, quienes fueron criados en conjunto con vacas, caballos y otros animales de granja, tenían menos probabilidades de desarrollar asma, en comparación de los huteritas, quienes crecieron lejos de las especies de granja. Estos factores están relacionados directamente, que además demuestran que los amish sufren de menos enfermedades relacionadas con el sistema inmune que el resto del mundo, gracias a la constante exposición a animales domesticados.
Dicha inmunidad se genera debido al contacto frecuente con las bacterias que estas especies traen consigo, que interactúan con el organismo de esta comunidad desde temprana edad, el cual comienza a asimilarlas a partir de los primeros años de vida. Nuestros ancestros solían inocularse de esta forma, mientras que las medidas de higiene y limpieza en nuestros hogares nos ha alejado de esta microbiota de forma evidente.

Por otro lado, la cultura de adopción de animales domésticos, como perros y gatos, puede brindarnos beneficios similares al fortalecimiento del sistema inmunológico detectado en las comunidades amish, al exponernos a estas bacterias de forma controlada. La explicación directa es que, al adoptar un perro o un gato, nuestro organismo se comenzará a familiarizar con estos cuerpos microscópicos y aprenderá a combatirlos sin representar riesgo alguno.
La biodiversidad microscópica que atraen especialmente los caninos es enorme, sin embargo, se tiene la teoría de que el aporte de los gatos hogareños (que no salen a la calle) podría ser menor, aunque no se ha estudiado este aspecto lo suficiente.

Interactuar con perros es especialmente benéfico para el sistema inmunológico de bebés y niños, tomando las medidas higiénicas adecuadas, pues su organismo en desarrollo tiene mayor facilidad de generar defensas contra bacterias derivadas del pelo o saliva de estas mascotas.
Fuentes:
- The New England Journal of Medicine, “Innate Immunity and Asthma Risk in Amish and Hutterite Farm Children”.
- BBC, “How your pets alter your immune system”.
- The New York Times, “Are Pets the New Probiotic?”.
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