Una de las cualidades más asombrosas del arte es la armonía que los colores logran para expresar de mil maneras las historias de amor y sensualidad. Arte y erotismo tienen una historia de resistencia, tabú y censura; y no por ello dejó de expresarse sobre el lienzo la sensualidad, la sexualidad y el erotismo; pinceladas de deseo que discurren en el blanco hasta formar una manifestación de las pulsiones que sostienen nuestra psique.
Desde la concepción y el feeling del deseo hasta su materialización en colores; arte y erotismo son un dúo indivisible que ha provocado, expresado y liberado un universo complejo sujeto a la sexualidad.
1. “El sueño”
Pablo Picasso, 1932

Pablo Picasso era un maestro a la hora de crear nuevas formas para expresarse. No por ser arte se limitaba a los cánones, más bien liberaba su creatividad de una manera única. Esta obra representa la sensualidad femenina en una mujer recostada en un sofá al puro estilo cubista. El erotismo es palpable y salta a los sentidos a través del uso del color.
2. “Amantes sobre lilas”
Mark Chagall, 1931

Esta pintura es una sutil representación de intimidad y erotismo. Chagall se destacó por dejar fluir los deseos más profundos del corazón, no sin agregar los debidos toques de dulzura. Esta combinación de arte y erotismo es de las más bellas del artista. Esta poema pictórico se gana un lugar en la sala de estar de cada hogar que desee rendir un homenaje a los códigos privados de la sexualidad.
3. “L’Odalisque”
Francois Boucher, 1745

Creado en Francia, espacio por excelencia de las artes amatorias; Boucher formó parte del “estilo galante”; lo que se traduce en una irreverencia total a la hora de mezclar arte y erotismo. Resulta sorprendente cuando descubres que Boucher era el pintor oficial del rey; esto demuestra que el artista era versátil y sabía muy bien cómo provocar a su audiencia.
4. “Déjeuner sur l’herbe”
Édoard Manet, 1862

¡Escándalo!, fue lo que causó la obra de Manet cuando se mostró al público, a tal punto que tuvo que enfrentar la censura por faltar a los valores morales de la época. Este paisaje de un picnic de “desnudez” es una manifestación pura de arte y erotismo. Este pintor encontró su refugio entre otros artistas irreverentes y no dejó de jugar con la sexualidad sobre el lienzo.
5. “Olympia”
Édoard Manet, 1863

Esta obra de Manet sí fue absolutamente prohibida por ser inmoral, indecente e irrespetuosa. Por si fuera poco, la obra encontró críticas que la asociaban con una representación burlesca de la obra “Venus” de Tiziano. Lo cierto es que “Olympia” es una expresión honesta de la sensualidad femenina y los reveses de la vida sexual.
6. Arte Shunga
Autor desconocido, s/f

Con el arte Shunga nos enfrentamos directamente a la sexualidad que Japón mantiene entre lo público y lo privado. Estas ilustraciones tenían muchas funciones, y una de ellas era educar sobre la vida sexual y los “obstáculos” que se pueden enfrentar al dejar fluir el erotismo. Para muchos el Shunga tiene que ver más bien con lo grotesco. El anonimato de las creaciones quizás influyó en que no se le diera el merecido lugar en la historia del arte japonés. A pesar de todo, las estampas Shunga se vieron alimentadas por pintores de la talla de Hokusai y Utamaro.
7. “In Bed: the Kiss”
Toulouse-Lautrec, 1892

Como parte de las reminiscencias de la pintura impresionista y de los principales exponentes de expresionismo y la vanguardia, Lautrec participó en el arte erótico aportando sus inconfundibles tonos rojos, los cuales adornaban y potenciaban la sensualidad femenina, tema recurrente en la época. Aprovechando la sexualidad propia de los aires parisinos, el pintor dejó su huella en el arte y erotismo con esta aportación que navega entre lo romántico y lo sensual.
8. “Metamorfosis”
Wynnie Mynerva, 2023

La obra de esta artista tiene sus cimientos en la sexualidad, la violencia, el erotismo y la lucha. Con esta mezcla oscura la pintura “Metamorfosis” es justamente un marco de referencias eróticas envueltas en ira y colores intensos. Wynnie Mynerva se aferra al trauma de su historia y lo transforma en pinceladas duras que dan como resultado un enfrentamiento crudo con lo erótico nacido de lo salvaje.
9. “Goodnight Lover”
Audrey Kawasaki, 2021

La inspiración de esta artista proviene del manga, expresión literaria y pictórica famosa por no censurar temas eróticos o sexuales. Con esta escuela en sus referencias, su obra es un mix de ukiyo-e, art nouveau y el trabajo de los mangakas eróticos. La mayoría de sus pinturas muestran mujeres jóvenes envueltas en una sugerencia erótica sutil pero muy presente en los colores y las formas. El juego de vulnerabilidad y dominación es quizá lo que le da el carácter sexual tan propio de su producción artística.
10. “Myrto”
Tamara de Lempricka, 1929

La historia de esta pintura nos dice que fue robada de la artista durante la Ocupación alemana en tierras francesas. Un intrépido soldado se sintió tan seducido por la obra que no resistió el deseo de poseerla. Desde entonces la obra está catalogada como “desaparecida”, y lo que conocemos hoy son réplicas autorizadas que nos ayudan a recordar esta unión de arte y erotismo a través de la mirada femenina.
11. “El sueño de la esposa del pescador”
Katsushika Hokusai, 1814

Firmada por el célebre artista Hokusai, este estilo erótico es algo que nos sorprende del pintor y que revela una faceta clandestina llena de pulsiones sexuales. Los simbolismos de la obra así como la representación del cuerpo femenino y la manera en que las mujeres experimentan el deseo trasluce severas inquietudes masculinas sobre el universo de las mujeres y el disfrute de la sexualidad.
12. “Jupiter e Ío”
Antonio Allegri, 1532

Esta referencia sumamente sexual del mito de Júpiter está compuesta de pinceladas brumosas y difusas que dan forma a una de las pinturas más icónicas del arte y el erotismo. La figura de la mujer desnuda y cubierta por una misteriosa bruma masculina es una de las expresiones más bellas de estas tendencias sugerentes de deseo.
Reyes, cortesanos, plebeyos, intelectuales, revolucionarios, extremistas, conservadores... Todos tienen cabida en el arte y el erotismo siempre y cuando se entre con el alma desnuda y los sentidos liberados. Lo único que hay que ceñir al cuerpo es placer y goce.
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