La conexión de María Félix con el arte no para en el mundo cinematográfico. La Doña fue una persona inmiscuida con el círculo artístico e intelectual de su época en México, ella fue amiga e inspiración de pintores, escritores, compositores, modistas y hasta joyeros.
Es más, para 1996, María Félix recibió la orden de Commandeur dans I’Ordre National des Arts et des Lettres, una de las mayores distinciones del gobierno francés a quienes contribuyen al arte, la literatura y claro está, su difusión.
El legado de María Félix en las artes es amplísimo, pero si tan sólo nos enfocamos en las pinturas, es fácil apuntar a la predilección de esta gran diva mexicana por las pintoras… por el simple hecho de que ellas la entendían y retrataban mejor, a diferencia de artistas como Rivera.
De acuerdo con la investigación de Dina Comisarenco, “Para re-escribir la historia: las pintoras surrealistas y sus retratos de María Félix”, María Félix comisionó alrededor de medio centenar de retratos, mismos que en 1992 serían expuestos en el Palacio de Minería. En específico, entre 1950 y 1970, Félix fue retratada por artistas surrealistas (o afines a esta corriente estilística), con varias de ellas también mantuvo buenas amistades y el fruto de esa conexión es visible en cuadros que retoman la figura de La Doña incluso en su abstracción. Algunas de estas artistas fueron Leonor Fini, Bridget Bate Tichenor, Remedios Varo, Leonora Carrington y Sylvia Pardo.
Sin embargo, Félix también mantenía una amistad con Diego Rivera y Frida Kahlo (aunque la actriz nunca fue fanática de sus pinturas), y Rivera estuvo a cargo de uno de sus retratos con más historia y polémica por una simple razón: a María Félix le desagradó tanto el cuadro que pidió que lo modificaran, y años después se rehusó prestarlo al artista para una exposición en Bellas Artes.
La historia del cuadro de Diego Rivera de María Félix
Ahondando más en el caso del retrato que Diego Rivera le hizo a María Félix, la historia comienza con la amistad entre La Doña y Frida Kahlo en la década de los 40. Incluso Félix llegó a vivir con la pareja de pintores en la Casa Azul, y mucho se ha escrito sobre cómo ambos se enamoraron de la actriz, así de cómo Diego Rivera le confesó su amor e incluso le propuso matrimonio.
Entre la amistad y el enamoramiento fue como resultó el retrato que Rivera le hizo en 1949, sin embargo, es bien sabido que a María Félix nunca le gustó el resultado.
La propia actriz lo reveló en una famosa entrevista con Jacobo Zabludovsky, en la cual explicó que ella quería ser retratada como Tehuana –un traje regional mexicano de las mujeres del Istmo de Tehuantepec, y que Kahlo comúnmente vestía–, pero que Riviera se negó a hacerlo. En cambio, en el cuadro, María Félix porta un vestido de encaje que dejaba poco a la imaginación…
Me pintó desnuda, con encajes, yo quería que me pintara de Tehuana, pero dijo que era muy vulgar y no quiso, y entonces me pintó como él quería, desnuda, porque estaba enamorado, estaba enamorado de mí.
Sin embargo, el disgusto de María Félix con el retrato fue tal que no dudó en mandar modificar la pintura. Ella cuenta que le pidió a un albañil que cubriera la transparencia en su pecho, haciendo el vestido completamente blanco.
¿Conoces esta pintura de María Félix, pintada por Diego Rivera en 1949? Aquí van 3 datos:
— Museo del Palacio de Bellas Artes (@mbellasartes) April 8, 2025
Aunque ella quería ser retratada como tehuana, Rivera no accedió.
A María Félix no le gustó el cuadro cuando lo vio y le hizo algunas modificaciones.
Esta obra le perteneció a Juan… pic.twitter.com/vo36scZjTb
De la pelea y enemistad entre Félix y Diego Rivera
De acuerdo con la actriz, en la misma entrevista con Zabludovsky, Rivera quería el retrato para una exposición en Bellas Artes, pero ante la negativa, él se molestó con ella al grado que la insultó y la dejó de hablar por hasta un año.
Me dijo de todos los nombres, me insultó… hasta un año después me volvió a hablar.
Aún así, con todo y la modificación, el retrato permaneció en casa de María Félix, a pesar del descontento de su esposo Alexander Berger. “Alex pasaba todos los días y me decía ‘algún día que tengas una crisis de amor me vas a quitar esa pintura de ahí porque no me gusta nada’”, declaró La Doña. La queja de Berger es que parecía que tenía una pierna de palo y que estaba sentada en el “water” y que estaba horrible.
El retrato perdido de María Félix
Eventualmente, le vendió el cuadro a José Álvarez Amézquita y tiempo después llegó a manos de Juan Gabriel, que de acuerdo con los reportes, lo compró por 15 millones de pesos. No obstante, después de la muerte de Juan Gabriel, el cuadro se considera perdido, pues no se encontraba en la casa de Las Vegas donde Rossy Miler lo vió colgado.
Mientras tanto las teorías sobre su paradero continúan, entre que sigue perdido entre la herencia de Juan Gabriel, otras refieren a que el retrato estuvo en manos de el exgobernador de Chihuahua Javier Duarte, pero hasta ahora, tan solo nos quedan algunos registros fotográficos de su existencia.
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