Cuando pensamos en un desierto, solemos imaginar calor, arena dorada, camellos cruzando dunas al atardecer… Hola Alí Baba y los 40 ladrones; pero la Tierra tiene otra versión mucho más intensa y literalmente, más negra.
Los desiertos negros existen y parecen sacados de un sueño raro (o de un video de Björk). Son paisajes volcánicos donde el suelo no refleja la luz: la absorbe, la mastica, la desaparece. No es que estilicen, es que devoran, la mirada, el horizonte, el tiempo. Y sí, lo mejor de todo: puedes ir a verlos.
El desierto negro de Egipto: un mar de lava dormida
Entre el oasis de Bahariya y el de Farafra, en medio del Sahara, hay un lugar donde las dunas están cubiertas de rocas volcánicas negras. No es arena, son restos de antiguas erupciones. Montículos cubiertos de basalto, cráteres como cicatrices abiertas, y un suelo que parece carbón molido.
Este paisaje no tiene árboles ni sombra ni referencias conocidas. Por eso se vuelve tan poético. El escritor de viajes británico Stanley Stewart, escribió:
Es una tierra de colinas carbonizadas… tan lejos de las pirámides como de la Tierra de Marte.
¿Bonus extra? Aquí se encontraron fósiles de dinosaurios, lo que hace aún más extraño el lugar. Imagínate huesos prehistóricos sobre arena volcánica.

Islandia: cuando la lava se enfría y se vuelve arte
De África al Ártico. Islandia es la reina de los paisajes volcánicos, y en su zona sur encontrarás el campo de lava Eldhraun, que nació de la erupción del volcán Laki en 1783. La erupción fue tan devastadora que cambió el clima global y se dice que contribuyó a… la Revolución Francesa. Así de intensa.
Hoy, esa zona está cubierta por una capa de musgo verdísimo sobre lava negra. Olafur Eliasson, artista islandés que trabaja entre luz, espacio y percepción, lo dijo perfecto:
Aquí la Tierra no se comporta como debería. No obedece. Eso lo vuelve arte.
Islandia también tiene su propio Desierto Negro: Mælifellssandur, una planicie de ceniza que rodea un volcán cónico cubierto de musgo.

Paisaje de película, foto y pasarela
No es sorpresa que estos lugares sean locación estrella para el cine. Prometheus, Rogue One, Nope, Oblivion, Game of Thrones… todos han pasado por ahí. ¿La razón? Son visualmente imposibles. Una estética entre apocalíptica y sublime.
Pero no sólo las películas se obsesionan. La fotógrafa surrealista, musa de Man Ray y corresponsal de guerra, Lee Miller,visitó el Desierto Negro en los 30 y escribió:
Es tan sublime que duele mirarlo… pero no puedes dejar de hacerlo.
En moda, diseñadores como Rick Owens, Yohji Yamamoto o Gareth Pugh han tomado esa estética lava-ceniza-piedra como moodboard constante. El negro como textura, volumen, poder.
Cómo visitar los desiertos negros
Sabemos que se antoja intensamente entonces acá nuestros tips:
Egipto: El desierto negro se explora desde el Oasis de Bahariya, en tour 4x4. Hay opciones para pasar la noche en tiendas beduinas, con cenas tradicionales y uno de los cielos estrellados más impresionantes que vas a ver en tu vida.
Islandia: Puedes llegar a Eldhraun o Mælifellssandur manejando desde Reikiavik por la Ring Road, con paradas en cráteres, glaciares y campos de lava. Pro tip: renta un auto con ruedas grandes. O únete a un tour con guía local que sepa cuándo el terreno es seguro.

Y como no puede faltar, hicimos una playlist para caminar sobre lava (o solo imaginarlo desde esta ola de calor).
- All is Full of Love, Björk
- Black Sands, Bonobo
- Planet Caravan, Black Sabbath
- We Float, PJ Harvey
- The Host of Seraphim, Dead Can Dance
- Volcano, Damien Rice
- Night, Ludovico Einaudi
- Spiracle, Soap&Skin
- Echoes, Pink Floyd
- Motion Picture Soundtrack, Radiohead
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