¡Hasta siempre, Chente! En Revista Central hicimos un recuento de sus logros y sus mejores momentos.
Cuando era niño, Fernández le dijo a su mamá, Paula Gómez, que quería ser tan famoso como Pedro Infante y Javier Solís.
En 1966, al morir Javier Solís, las disqueras que le habían cerrado las puertas a Chente comenzaron a hablarle y firmó su esperado contrato.
El 27 de diciembre de 1963 se casó con María del Refugio “Cuquita” Abarca Villaseñor, su vecina en Guadalajara.
Junto a doña Cuquita tiene cuatro hijos: Vicente, Gerardo, Alejandro y Alejandra. ¡Chente es un padre exigente, pero cariñoso!
Una de sus películas más exitosas es El albañil, lanzada en 1975.
El 15 de septiembre de 1984 cantó en la plaza de toros México frente a más de 54,000 personas.
En 1991 el periódico The Houston Chronicle se refirió al cantante como “el Frank Sinatra de las rancheras”. ¡Qué orgullo!
Su talento ha trascendido fronteras: tiene una estrella en el paseo de la fama en Hollywood, dos premios Grammy y ocho Grammy Latino.
En 2005 construyó la Arena VFG para 11,000 personas. Está al lado de su rancho Los tres potrillos, en Guadalajara, y es el lienzo más grande de América Latina.
En febrero de 2009, el charro de Huentitán rompió récord de asistencia en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando 220,000 personas corearon sus canciones.
Ha sido gran impulsor en la carrera de Alejandro, quien a los cinco años debutó en uno de sus conciertos.
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¿Por qué vamos a extrañar a Vicente Fernández?
Te decimos siete razones por las que nos hará falta la presencia y la música del cantante Vicente Fernández.
1. No se anda por las ramas: es directo y mal hablado.
2. Porta con orgullo el traje y sombrero de charro.
3. Es tenor y ama la música ranchera: ¡una excelente combinación!
4. No hay mejores canciones que las de Chente para terminar bien las fiestas; con letras llenas de amor, desamor y mucho dolor.
5. Nos dio al guapísimo Potrillo, Alejandro Fernández.
6. Duele saber que nunca lo volveremos a escuchar cantando Volver, volver, El Rey, Por tu maldito amor y Mujeres divinas.
7. Ya no escucharemos su frase: “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”
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