Bienestar

El poder de ser invisible

Por: Daphne Ibarguengoytia 18 julio 2025 • 3 minutos de lectura

Vivimos en un tiempo donde todo parece exigir visibilidad. Brillar, destacar, sobresalir. Ser notados es casi una prueba de existencia… pero quizás hacernos invisibles puede ser un gran poder.

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el poder de ser invisible

/ Getty Images

Si pudieras tener un super poder, ¿Cuál elegirías?

Cuando era chiquita, me encantaba ver un programa de televisión que se llamaba Los Cuatro Fantásticos, que, por cierto, la película está por estrenarse en estos días. Es un grupo de superhéroes, cada uno con un poder distinto. Uno se estira como si fuera de goma. Otro se convierte en piedra y tiene fuerza sobrehumana. Mi favorito: La Antorcha humana; puede prenderse en fuego y volar. Pero hay un personaje que siempre me desconcertó: la Mujer Invisible.

Nunca entendí que tenía de especial desaparecer. Me parecía horrible. ¿Cómo podía eso ser un poder? Yo, al ser la más chica de todos los primos, siempre quise ser vista, no podía imaginar que volverse invisible tuviera alguna virtud.

Lo descubrí de una manera muy especial, junto a una mujer que no solo es mi maestra si no una de las personas más importantes para mí. Pasé varios días de visita en su casa, quise acompañarla en el momento más difícil de su vida, convencida de que mi presencia activa –mi ayuda, mis palabras, mi energía– eran necesarias para apoyarla. Pero pronto noté que mi esfuerzo por “estar ahí” no la ayudaba, sino que la alteraba.

El instinto me hizo dar un paso hacia atrás, me di cuenta de que mi ego buscaba ser visto, pero lo que necesitaba su alma, era solo una compañía silenciosa. Comencé a escuchar, a observar, dejé de intervenir, de opinar, de querer ser útil todo el tiempo y, sin querer, ¡de verdad sin querer!, me hice invisible.

julio 04, 2025 07:08 a. m. • 3 minutos de lectura

Días después, ya de regreso en mi casa, recibí un mensaje de ella dándome las gracias por el tiempo que la acompañé. Me escribió, textualmente; que lo que más había apreciado de esos días era mi “cualidad” de hacerme invisible, mi capacidad de estar sin estorbar, de acompañar sin ocupar.

Me quedé helada. No entendí. Pensé que era una broma. Yo, que tantas veces quiero ser vista, reconocida, destacada. Yo, que pienso que pasar desapercibida es horrible. Yo, que me indigno cuando una persona que ya conozco me saluda y me dice: “mucho gusto”. Ahora tenía que celebrarme y reconocerme ese poder que tanto despreciaba y según yo sería el ultimo en elegir.

Me costó mucho entenderlo y más aceptarlo. Se movió mi piso de valores y “necesidades”. Ese día descubrí un brillo en lo que siempre vi sombreado, entendí que, en ciertos momentos, el silencio, la prudencia, la contención, el espacio que se da al otro, son una gran cualidad.

ser invisible
junio 20, 2025 07:00 a. m. • 3 minutos de lectura

Vivimos en un tiempo donde todo parece exigir visibilidad. Brillar, destacar, sobresalir. Ser notados es casi una prueba de existencia. Es difícil hacer algo sin esperar el aplauso del otro. Sin necesitar que alguien más lo valide, lo celebre o lo apruebe. Nos cuesta porque todos –en mayor o menor medida– queremos ser vistos. Queremos sentir que lo que hacemos importa. Como si el silencio o la intimidad fueran sinónimo de irrelevancia. Por eso, aprender a hacer las cosas desde otro lugar –por convicción, por amor, por sentido propio– es un verdadero acto de libertad. Validarte tú, sin esperar que alguien más lo haga. Reconocerte, incluso si nadie aplaude.

Pero ¿quién reconoce la importancia de la invisibilidad? No hablo de la invisibilidad que duele –la del olvido, la marginación, la indiferencia– sino de esa presencia sutil que no ocupa el centro, que no interrumpe, que no exige atención. Esa que acompaña sin hacerse notar, que observa más de lo que habla, que sostiene sin hacerse protagonista.

Desde entonces lo pienso distinto. Hay una forma de ser invisible que no es ausencia, sino respeto y ayuda positiva. Ahora pienso que el mayor acto de presencia es el que nadie nota. Como cuando dejamos que el otro actúe sin nuestro juicio, sin nuestra constante opinión.

No sé a ti, pero para mí es un gran reto empezar a desarrollar este super poder en estos tiempos de protagonismos. Un poder que no grita, que no presume, que no se exhibe. Un poder invisible, pero real.

junio 06, 2025 09:03 a. m. • 3 minutos de lectura

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