En la historia pocos hombres han tenido tanta influencia sobre una familia real como fue el caso de Grigori Rasputín, un místico ruso, que ganó mucho poder sobre la corte y los miembros de la dinastía Romanov, pero a quien también se le señala en la eventual caída de los zares a principios del siglo XX.
Aunque Rasputín nació y creció como campesino, eventualmente se convirtió hacia la religiosidad, lo que marcó su camino como un sanador y hasta clarividente. Sus supuestos poderes fueron tan difundidos, que incluso quedó registro de cómo el propio Rasputín predijo que su muerte sería violenta y que dos años después del acto, los zares caerían.
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¿Cómo es que Rasputín se hizo de tanto poder en Rusia?
Rasputín se hizo allegado de los Romanov y los nobles de la corte, porque la zarina Alejandra creyó que él podía curar a su hijo Alexei, quien ahora sabemos que sufría de hemofilia (un trastorno en el que la sangre no coagula como debería, por lo que se presentan sangrados excesivos).
A base de rezos, Rasputín se dispuso a curar a Alexei… y en un giro del destino, el heredero al trono tuvo una mejoría que bien pudo ser una coincidencia, pero que consolidó a Rasputín como un místico y sanador efectivo, y por tanto se convirtió en consejero del zar y miembro relevante entre la corte.
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¿Cómo murió Rasputin?
Oficialmente Rasputín falleció un 30 de diciembre de 1916, víctima de asesinato en manos de un grupo de conspiradores nobles que estaban en contra de la influencia del personaje entre la corte.
El líder del grupo fue el príncipe Félix Yusúpov, casado con la princesa Irina Alexándrovna Romanov, pero se dice que el servicio secreto británico estuvo implicado en el asesinato de Rasputín.
Ahora bien, el plan para cometer su asesinato era llevar a Rasputín al palacio de los Yusupov en San Petersburgo, esto se ideó para el 29 de diciembre. El místico fue atraído con la promesa de encontrarse con la princesa Irina, a pesar de que ella no se encontraba en la residencia aquel día.
Ahora bien, en cuanto a cómo murió específicamente existen diferentes versiones, la más difundida es que intentaron envenenarlo con cianuro. Sin embargo, a Rasputín aparentemente no le afectó el cianuro en absoluto, lo que puso en jaque a sus asesinos, pues el plan falló.
Yusupov, desesperado, le disparó a Rasputín, sin embargo, estos tiros no fueron suficientes, pues el místico aún no estaba muerto. La historia cuenta que Rasputín incluso logró escapar de la residencia, sin embargo, fue acaecido en el patio del palacio primero con un disparo en el hombro, seguido por uno en la cabeza, dados por el conspirador Vladimir Purishkévich.
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