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Historia de Björn Andrésen

Por: Corina Mendoza 27–10–2025 • 6 minutos de lectura

Björn Andrésen fue la estrella de cine ás joven y elogiada por su incomparable belleza, pero eso solo es el principio de la historia.

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bjorn andresen muerte en venecia
@mvelandiam
“No habría aceptado el papel de Tadzio de hab er sabido cómo iba a afectar mi vida [...] Ser guapo es una cosa muy peligrosa, a veces incluso puede resultar letal si no eres capaz de sobrellevarlo. Tienes tantas amistades, tanto sexo... y si hacer nada, sin esforzarte, sin merecerlo. Te arriesgas a tener una visión equivocada de la vida y de ti mismo...”.

En qué momento de nuestras vidas la belleza se va transformando de un atributo o una cualidad inherente a un objeto de obsesión; deseado, anhelado, soñado... capaz de hacernos cometer actos atroces con la finalidad de tener entre las manos un poco de aquella belleza que para otros ni siquiera es visible... Björn Andrésen experimentó en carne propia todos los escalones del camino de la belleza, y su muerte, a los 70 años, nos recuerda estos sinuosos senderos de la perfección, la belleza y la obsesión.

Catalogado como “el joven más hermoso del mundo”, sus compañeros de cast en Muerte en Venecia tenían prohibido acercarse a él o mirarlo para no romper esa atmósfera etérea que se desprendía de su belleza... Esta es la historia de Björn Andrésen y los espinosos caminos de la belleza y el cine.

“Muerte en Venecia"; la exploración de la belleza, la búsqueda de la perfección y el inevitable deterioro

muerte en venecia
Sensacine

Es curioso, o fatal, que la novela de Thomas Mann, Muerte en Venecia, escrita hace más de 100 años siga tan vigente, y que además haya encadenado a Björn Andrésen a una vida de estigma portando el estandarte de la belleza, de lo inalcanzable, del deseo, de lo etéreo, de lo irreal...

La novela de Thomas Mann es una exploración de la búsqueda de la perfección, o eso es lo que dicen la mayoría de los críticos. Sin embargo, otra de las posibles lecturas es que, justamente, el protagonista, Gustav von Aschenbach, un artista en la madurez de su vida se encuentra de pronto con “lo perdido”, con lo que ya no le es alcanzable; puede ser por su edad, porque nunca perteneció a él, porque nunca alcanzará tal nivel de perfección... Es decir, habla de la pérdida y la aceptación, del encuentro de dos mundos totalmente opuestos pero que, en un tiempo lineal, son dos polos de una misma vida. Aunque ya muy lejanos uno del otro.

Cuando Gustav va a vacacionar a Venecia, se encuentra justamente en el ocaso tan temido de la vida. Ese umbral en el que vemos cómo la belleza se desdibuja, la juventud es un recuerdo lejano y la perfección simplemente sigue escapando.

julio 21, 2016 09:41 a. m. • 1 minutos de lectura

En ese momento en la vida del protagonista, en el que la avidez de la vida, el amor, el deseo está exacerbada quizá porque presiente que la muerte está cerca... En un punto tan frágil y crítico en la psique y el alma de una persona, un bello joven se atraviesa en el panorama. Tadzio es todo lo que el protagonista dejó de ser, nunca fue y siempre deseó: Tadzio es belleza, perfección, deseo, contemplación, juventud, libertad... Es lo que representa a los ojos de Gustav, quien lo ve con una mirada nublada de vejez y soledad.

Pero no solo Gustav, sino lo que el ser humano como animal social sujeto a los estándares sociales piensa que es la belleza o piensa que es el momento de la vejez, y es cierto, ese momento de la vida es un golpe duro a la consciencia, una revelación en la que se nos dice que todas las mieles de la vida han quedado selladas para siempre por ya no tener, ni en la piel ni en la mente, la frescura de los 20 o los 30 años, con todo el futuro por explorar y una serie de felicidades que vivir... Thomas Mann desarrolla en pocas páginas ese momento de choque y la fragilidad de la mente a tal punto como para transformarse en obsesión, persecución, desesperación...

Björn Andrésen; una vida sujeta a las miradas

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Sensacine

Björn Andrésen tenía 15 años cuando su abuela lo convenció de audicionar para la adaptación de la novela realizada por Luchino Visconti, quien se empeño en hacer de la adaptación una obra de arte en todos los sentidos.

Ya desde la audición de Andrésen se presagiaba, quizás, el futuro del joven actor: ser tratado como un objeto de contemplación; lo intuyó él mismo cuando, en pleno casting, el director le pidió que se quitara la camisa. Un joven sueco ignorante de los peligros del cine no tuvo armas para enfrentar al monstruo que aparecería más tarde en su vida. Aunque su niñez no fue la más normal, pues no conoció a su padre y su madre se suicidó cuando tenía apenas 11 años, Björn sabía de la perdida, el abandono, la soledad; y también era consciente de su apariencia gracias a que su abuela buscaba constantemente reflectores en los que pudiera ser admirado. Pero el ser observado por decenas de miradas mientras se encontraba en ropa interior estaba en un nivel desconocido para su mente.

julio 21, 2021 03:18 p. m. • 5 minutos de lectura

Aunque estaba acostumbrado a las cámaras y las miradas por la insistencia de su abuela en convertirlo en un actor famoso, jamás imaginó lo que devendría de aquel casting que lo catapultó a una condena inimaginada. La novela de Thomas Mann describe a un joven de apariencia angelical, pero una apariencia en la que ser rubio y tener ojos de color no era suficiente, la belleza del Tadzio de Thomas Mann era casi imposible de encontrar; no obstante, la realidad siempre supera a la ficción, y después de ver a miles y miles de ángeles rubios desfilando para la audición de la película, apareció Björn Andrésen; -como dato curioso, Miguel Bosé (ahijado del director) estaba en la mira para personificar a Tadzio, pero el padre del cantante se negó al interpretar la historia como una especie de sexualización del joven protagonista y le impidió a Miguel actuar-.

El momento en el que Björn entró a la habitación del casting fue tan impactante que se habla bastante de él en el documental En busca de Tadzio, realizado también por Luchino Visconti. El rasgo que más destacó Luchino fue esa mirada impresentable y cargada de vida que Björn sostenía ante la cámara, y era real, ya que, como mencionamos, Björn Andresen había tenido una vida de pérdida y solead.

“El joven más hermoso del mundo"; la frase que lo cambió todo

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Revista Central

“Ya no eres Björn, ahora eres Tadzio”, fuero las palabras de Luchino Visconti y la frase que condenó a Björn Andrésen a una vida de belleza y estereotipo... Y a más soledad.

Durante la filmación y para no alterar ese aura de belleza lejana, lozanía y misterio no se le permitió jugar con el resto del elenco de su edad, tomar el sol, divertirse o vivir su juventud como lo habría hecho en el garage de alguno de sus amigos ensayando para su banda. Su maldición había comenzado y no conocía los alcances de ésta en los futuros años.

Todo empezó por el empeño del director en que Björn no perdiera esa mirada penetrante y fue el propio Visconti quien apodó a Björn “el joven más hermoso del mundo” para luego llevarlo después del estreno de la película (sí, con apenas 16 años) a un bar gay donde todas las miradas y pensamientos se perdían en su cabellera rubia y su piel blanca. De ser el joven perfecto para el personaje de una novela se convirtió en el “joven más hermoso del mundo” para después ser objeto de deseo de hombres y mujeres por igual. Demasiado para una mente joven y ya de por sí un poco frágil.

Años de drogas para que resistiera el ritmo de vida que se le impuso, hombres y mujeres rondándolo siempre como cazadores a su presa, una abuela que lo empujaba a la fama y la codicia, el director que lo exponía a un mundo lascivo y oculto...

“Me sentía como un trofeo ambulante. Sentía vergüenza y lo único que quería era estar en cualquier otro lugar y ser cualquier otra persona. A nadie le interesaban mis sueños o quién era yo en realidad”.

Luego de que Björn aceptara que ser Tadzio no le había dado nada más que un escenario observado por depredadores, estigmas, rumores y una carrera de actuación condenada al fracaso decidió ser maestro de música, conoció a una bella chica, se casó, y con la llegada de su segundo hijo también volvió la pérdida, pues el pequeño murió a los nueve meses de ese arrebato de la vida que los doctores llaman “muerte súbita”. Para Björn Andrésen no hubo otra opción que volver a los excesos, lugar de refugio de las almas rotas.

Años después lo volvimos a ver en Midsommar (2019) con un papel menor en el que su belleza ya no era la protagonista; tiempo después apareció el documental El joven más hermoso del mundo (2021), en el que narra este giro inesperado de la vida que lo llevó a ser Tadzio y a dejar de ser Björn Andrésen.

julio 01, 2024 07:47 p. m. • 3 minutos de lectura

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