Ir al psicólogo, psiquiatra, psicoterapeuta o psicoanalista, ¿cuál es la diferencia?

Cuando se trata de atención psicológica ir a terapia es un gran paso a tomar, pero en ocasiones puede ser complicado saber a qué tipo de profesional de la salud mental acudir y en especial cuál es el mejor para nuestro caso.

Para encontrar algún profesional, es común guiarse por las recomendaciones de amigos o familiares que también han ido a terapia… pero hay que tomar en cuenta que la psicología es una disciplina que tiene muchas vertientes y aplicaciones, y por tanto ningún psicólogo o terapeuta profesional es igual.

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Esencialmente un psicólogo es un profesional que estudió psicología. Esto quiere decir que son personas que han estudiado los procesos mentales y la conducta humana. Su objetivo es mejorar tu bienestar psicológico y tienen diferentes ramas como: psicología clínica, educativa, laboral, deportiva, familiar, de las adicciones o el sexo, por ejemplo.

Los psicólogos pueden diagnosticar a los pacientes y ser el puente entre el paciente y el tipo de terapia que requieren o incluso referirlos a algún psiquiatra en caso de requerir medicamentos.

Cabe mencionar que en el ámbito de la psicología clínica se inserta el término del psicoterapia, que es otro nombre. La mayor diferencia es que un psicoterapeuta tiene estudios especializados de trastornos psicológicos… y sí también hay diferentes ramas o escuelas de pensamiento en la psicoterapia.

Para simplificarlo, un psicoterapeuta esencialmente es un psicólogo que se ha especializado.

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Ahora bien, un psiquiatra es un especialista que aborda a los pacientes desde una tratamiento biológico, esto quiere decir que su tratamiento se realiza a través de medicinas que modifican la bioquímica del cerebro de los pacientes.

No obstante, esto no quiere decir que un psiquiatra no pueda dar un tratamiento psicoterapéutico. Dependiendo de sus estudios y su especialidad, un psiquiatra también puede ayudarse de la terapia para ayudar a la salud mental de su paciente.

Del mismo modo, cabe resaltar que un psiquiatra no necesariamente es un psicólogo; por lo general los psiquiatras tienen una formación médica, aunque eso no los exime de especializarse en algún área de la psicología.

Y ¿qué hay de los psicoanalistas? Estos pueden ser profesionales de otras disciplinas, tanto de la psicología como de la medicina, pero que tienen una especialización (generalmente a través de una maestría) en el psicoanálisis, una de las diversas corrientes.

En específico, se identifica a Sigmund Freud como el padre del psicoanálisis y el tratamiento mediante esta corriente se basa en la plática del paciente y profesional. En ese sentido, el tratante guía al paciente en su labor de introspección y puede caracterizarse por ser un tratamiento de larga duración.

Si bien elegir entre estos cuatro perfiles dependerá en buena parte del diagnóstico que se te indique, una forma es acudir a un psicólogo con la intención de que te haga saber cuál es el mejor tipo de tratamiento para ti. Recuerda que no es obligación que te quedes por siempre con el mismo psicólogo, psicoanalista o psiquiatra, así que no te sientas culpable si por algún motivo quieres explorar un nuevo tratamiento.

Ahora bien, algunas claves para tener al profesional adecuado –independientemente de su especialización– son:

• Asegúrate de que tenga los grados necesarios para ejercer. Dicen que el papelito habla, no caigas en pseudoterapias o coaching.
• Investiga su perfil. Así sabrás cuáles son sus áreas de especialización y experiencia. Por ejemplo, si necesitas acudir por una cuestión de adicción, harás bien en ir con uno especializado en ello antes que un psicólogo de parejas.
• Busca según tu edad, no es el mismo tratamiento para un niño, un adolescente, un adulto o un adulto mayor.
• Que inspire confianza. La confianza es el factor clave para todo tipo de tratamiento, si no la tienes, sigue buscando, no te rindas.
• Que se adecúe a tu presupuesto. Esto debes hablarlo desde un principio, sé realista con tus posibilidades y en caso de que no te sea posible pagar todas las sesiones recomendadas, habla con tu profesional para crear un plan en el que no te agobie el dinero, pero aún puedas trabajar en ti.

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