No podemos hablar del surrealismo sin mencionar a Salvador Dalí, una figura artística cuya genialidad abstracta que en muchas ocasiones fue confundida con locura, debido a sus obras parecían sacadas de los sueños más extraños. El Divino Dalí, como se hacía llamar él mismo, nació en Figueras, España, con el nombre completo de Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí i Domènech, marqués de Dalí de Púbol, el 11 de mayo de 1904 y fue uno de los artistas multidisciplinarios más importantes del siglo XX.
Las obras de Dalí no solo son complejas, son un desafío a la lógica humana, que nos muestran mundos y conceptos únicos que solo una mente como la de este excéntrico pintor español puede aterrizar en sus trabajos. La forma más sencilla para entender la genialidad de Salvador Dalí es, precisamente, conociendo sus piezas más icónicas, por lo que aquí te presentamos algunas de las más representativas de su trayectoria.
1. La persistencia de la memoria
Esta es la pintura más conocida del Divino Dalí, que muestra un paisaje frente al mar, con los icónicos relojes derritiéndose. Un detalle curioso es el tamaño de este lienzo, pues es muy similar al de una hoja tamaño carta y se puede apreciar en el Museo de Arte Moderno (MoMA, por sus siglas en inglés) de Nueva York.

2. El sacramento de la última cena
Uno de los trabajos más contrastantes del artista español es su versión de la Última Cena, donde proyecta a un Cristo rubio, con la playa de Cataluña de fondo. En la década de 1950, Dalí se convirtió al catolicismo, por lo que muchas de sus obras giraron alrededor de la temática religiosa.

3. El Cristo de San Juan de la Cruz
Durante la época más religiosa del arte de Dalí, el español tuvo un sueño que lo cautivó y llevó directamente al lienzo, pues en este veía a Jesucristo en la cruz, pero sin ninguna muestra de la pasión. Esta figura, libre de heridas, fue la inspiración para realizar al Cristo de San Juan de la Cruz, al que vemos con el cabello corto, sin clavos, ni rastro de dolor, mientras observa a dos pescadores remando en el mar.

4. Galatea de las Esferas
Salvador Dalí no era solo apasionado del arte, también era sumamente culto en las ciencias, especialmente en la biología molecular y en la física nuclear, fascinado por los estudios al respecto del ADN y la composición genética del ser humano. Con esto en mente, Dalí crea el lienzo de Galatea de las Esferas, inspirado en su propia esposa, Gala, para explicar a su modo el origen atómico del todo.

5. Cisnes reflejando elefantes
En este cuadro, Dalí juega con las ilusiones y los reflejos de una forma tan minuciosa que en cada vista podemos descubrir más detalles. En esta obra de doble vista, Dalí nos muestra a tres cisnes descansando en un estanque de Port Lligat, sin embargo, en el cuerpo acuático, pareciera que estos se transforman en poderosos elefantes.

6. La metamorfosis de Narciso
Tomando inspiración del mito de Narciso, el artista español crea una doble imagen que narra la historia y trasfondo de este trágico personaje, al que podemos encontrar admirándose en el estanque, con sus pretendientes detrás, pero con muchos secretos ocultos en el lienzo.

7. El enigma de Hitler
Dalí tenía una extraña obsesión con Adolf Hitler , que hizo real en su obra de 1939 titulada El enigma de Hitler, donde podemos ver el retrato de este dictador sobre un plato, mientras que un teléfono fálico derrama una gota sobre este recipiente. Esta pintura le provocó la expulsión del grupo de surrealistas de André Bretón.

8. Los elefantes
Uno de los cuadros para entender las formas en las que Salvador Dalí retaba lo lógico en el arte es en Los elefantes, donde nos muestra a dos de estos enormes animales, cuyas patas han sido alargadas, adelgazadas y frágiles, con obeliscos flotantes a sus espaldas, en homenaje al escultor Bernini.

Fuentes:
- Historia Arte, varios textos.
- Fundación Gala-Salvador Dalí, “Dalí y el mito de Narciso”.
- Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, “El enigma de Hitler”.
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