Existen distintas enfermedades en nuestras mascotas que desconocemos, una de ellas es la dirofilariosis, mejor conocida como gusano del corazón, aunque su nombre parece de caricatura o de película de terror, es un mal que los perros podrían padecer en la realidad.
La enfermedad del gusano del corazón (y no, no es parte de un cuento de Edgar Allan Poe) es una afección causada por el parásito Dirofilaria immitis, su forma de transmisión no es de perro a perro, el contagio se da por medio de la picadura de un mosquito que va de un perro infectado a otro que está sano y todas las razas de perros son susceptibles a padecerla, incluso gatos y hurones.
Cuando ocurre la picadura en un perro infectado, el mosquito se lleva las larvas al nuevo huésped sano, en donde las aloja y estas larvas se desarrollan dentro de los tejidos de la mascota por seis meses hasta que alcancen su madurez, en esta etapa podrían llegar a medir de entre 15 a 30 centímetros de longitud. En ese momento los parásitos ya se pueden mover por distintos órganos del canino a tal punto que se instalan principalmente en arterias pulmonares y corazón.
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El habitat ideal en donde este parásito se encuentra es en climas templados, tropicales y subtropicales del mundo, en el caso de nuestro país podría proliferar en estados como Yucatán, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Colima.
¿Cuáles son los síntomas causados por el gusano del corazón?
En los primeros meses de contagio y si la carga de parásitos es baja, no se presentan síntomas, sin embargo, en casos más desarrollados podría haber falta de apetito, somnolencia, desmayos, cansancio, hemorragias nasales y respiración forzada en los perritos. En casos graves podrían presentarse fallas cardiacas y pulmonares.
¿Existe forma de prevenir un contagio?
Sí, la desparasitación es una gran arma contra todo tipo de parásitos, incluso proteger a tu peludito con pipetas antipulgas y garrapatas será una gran opción para evitar tener otras enfermedades. Recuerda tener al corriente su cartilla de vacunación para mantenerlo siempre sano y llevarlo periódicamente con el veterinario para hacerle sus revisiones de rutina.
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Con información de American Veterinary Medical Association y Boehringer Ingelheim
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