¿Por qué sí y por qué no ver películas porno?

La existencia de películas porno y revistas con alto contenido sexual ha existido desde hace muchos años atrás, pero… ¿Por qué sí y por qué no ver este tipo de material?

El fácil acceso a vídeos y películas pornográficas ha hecho que más personas construyan un hábito común sobre ver estas producciones audiovisuales.

De acuerdo con Covenant Eyes, una aplicación que usa la inteligencia artificial para ayudar a personas a romper con el ciclo de adicción a la pornografía, los hombres son los que disfrutan más al ver material XXX ya que responden de mejor manera a los estímulos visuales, caso contrario a las mujeres, que su interés se centra en estímulos auditivos y emocionales.

Pese a que la mayoría demoniza a la industria pornográfica, lo cierto es que puede tener distintos matices, todo está en la forma y la habitualidad con la que se vea y lo que se quiera conseguir.

Ver juntos pornografía de mnaera ocasional lejos de seguir patrones de comportamiento de los actores que aparecen en ella podría ayudar a sacar el tema sobre tus deseos y fantasías sexuales.

Si te da pena platicar sobre el tema un día común y normal, aprovecha estos momentos a solas para llevar el encuentro hasta un nuevo punto por explorar y hablar abiertamente al respecto.

La industria del porno es tan diversa en temáticas que incluso nos llega a asombrar con cosas que no sabíamos que existían, al ver estas cintas te será fácil concebir ideas nuevas para experimentar con tu pareja, ya sea en posturas nuevas, juegos y más.

Aunque al inicio, ver pronografía con tu pareja pueda ser un tanto incómodo, y de entrada a la primera no disfrutes para nada de la experiencia, toma tu tiempo y vuelve a intentar cuando se sientan listos.

Compartir una sesión con tu pareja te ayudará a conocerla más y a incentivar una comunicación sólida, sin prejuicios.

También te puede interesar: Orgasmo cervical: ¡Dale un plus a tu vida sexual!

El consumo de pornografía de manera excesiva es un conflicto que conlleva a construir una sexualidad basada en relaciones sexuales ficticias, violentas y que en la mayoría de casos (por no decir que en su totalidad) denigran a la mujer.

Distorsionan la realidad a tal punto de considerar las prácticas violentas como una conducta normal, algo que podría suceder de manera habitual, lo cierto, es que es una puesta en escena que no debe ser real.

De acuerdo con un estudio de Psiquiatría y salud de la Universidad de California en Los Ángeles, ver de manera recurrente porno tiene un gran potencial de estimular el comportamiento violento de las partes implicadas.

“El mecanismo imitador del cerebro indica que nos vemos influenciados automáticamente por todo aquello que percibimos, por lo que cabe la posibilidad de que exista un mecanismo neurobiológico que contagie la conducta violenta”, se sostiene en el estudio.

Incluso, incentiva la desestimación de la protección o el uso de condón y otras métodos anticonceptivos en las relaciones sexuales para evitar las enfermedades de transmisión sexual.

Sin embargo, quizás el mayor conflicto que se centra en la industria es que tanto para adolescentes como para adultos se convierte en su fuente principal de educación afectivo-sexual, contenidos que son sinónimo de la desvalorización del amor de pareja.

De acuerdo con el Departmento de Neurociencias de la Universidad de Texas, la adicción a la pornografía está asociada con el desgaste de la corteza prefrontal, la parte del cerebro encargada de la función ejecutiva, que abarca la moralidad, la fuerza de voluntad y el control de los impulsos.

Es decir, predispone al individuo a exhibir una conducta compulsiva y a tomar malas decisiones.

También te puede interesar: Los beneficios de los vibradores y el placer a tu salud

Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.